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Los pacientes sufren esperas de casi tres horas y media en la primera fase de la atención hospitalaria mientras el personal sanitario denuncia que la situación se agrava por el déficit de profesionales, el aumento de las atenciones y la deficiente organización.
Sería necesario incorporar casi 600 sanitarios más,
388 médicos y 201 enfermeros.
En algunos hospitales, hasta el 76% de la plantilla médica habitual ocupa contratos de guardia.
Casi tres horas y media. Ese es el tiempo que los pacientes pasan, como término medio, en los servicios de Urgencias de los hospitales públicos de la Comunitat. Más de doscientos minutos transcurren desde que se registra su entrada y hasta que los doctores consideran que puede volver a casa o necesita ser ingresado en el centro. Un tiempo de espera que en ocasiones se dispara, especialmente en verano, durante las vacaciones del personal sanitario, y en invierno, cuando aumentan los problemas respiratorios derivados de la bajada de las temperaturas. En esas épocas se dan casos de permanencia en Urgencias que superan las diez horas y llegan a rozar las veinte, demoras que empiezan a hacerse ya más patentes con la ola de frío que acaba de aterrizar en la Comunitat. La falta de personal -la Comunitat está a la cola de España en médicos de Urgencias-, el aumento de pacientes en estos servicios –hasta los casi 6.500 al día– y distintos problemas organizativos y de distribución de las camas que retrasa el paso a planta de los enfermos está detrás de que en los últimos cinco años no se haya podido reducir el tiempo de estancia, según advierten fuentes sindicales y de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). Y para muestra un botón. El pasado jueves 14 de noviembre, sobre las tres de la tarde, había cerca de una treintena de pacientes en el servicio de Urgencias de La Fe a la espera de cama para ingreso, parte de ellos en pasillos y en camillas junto a columnas. Además, casi la mitad llevaba, en ese momento, 19 horas como mínimo en el servicio.
https://www.lasprovincias.es/comunitat/atasco-urgencias-20191119195621-nt.html
El problema, tal y como subrayan los especialistas, es estructural, puesto que al menos desde 2014 estas demoras medias se vienen manteniendo por encima de los 200 minutos, cifras directamente relacionadas con las actuales plantillas de profesionales, situadas por debajo de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de buena parte del resto de hospitales españoles en relación a las urgencias atendidas. Desde la entidad calculan que sería necesario incorporar casi 600 sanitarios más (388 médicos y 201 enfermeros) para alcanzar las medias que presentan servicios similares en el resto del territorio nacional. En concreto, según los datos recopilados por distintos especialistas de la entidad tras analizar los registros de una veintena de hospitales españoles, la media de urgencias por cada médico de plantilla al año asciende en estos centros a algo más de 3.800, mientras que en el caso de los hospitales valencianos supera las 6.200. En algunos servicios, como los del Clínico o el Doctor Peset, estas cifras por facultativo de plantilla se disparan por encima de las 14.000, y esto tiene una incidencia directa en las demoras. Frente a ello, la cifra de personas atendidas en Urgencias no ha parado de crecer en los últimos años -más de un 9% entre 2014 y 2018-, por lo que, en este tiempo, el personal sanitario atiende unas 200.000 urgencias más. Este incremento está también relacionado con el progresivo envejecimiento de la población y el aumento de la cantidad de pacientes pluripatológicos.
Las condiciones de trabajo tampoco son las más adecuadas. La cantidad de personal sanitario con contratos de guardias que trabaja en las Urgencias hospitalarias supone en la Comunitat algo más del 40% de las plantilla, siempre según el estudio elaborado por la sociedad, mientras que en el resto del país no llega al 14%. Estos contratos, que «se utilizan de forma irregular para cubrir jornadas ordinarias» tal y como explican, ya han sido cuestionados en varias ocasiones en los informes que elabora la Intervención General de la Generalitat, que advierte de que la Conselleria de Sanidad carece de herramientas de control adecuadas para hacer un correcto seguimiento presupuestario de los gastos en guardias y sustituciones del personal de los centros sanitarios del departamento. El informe del órgano adscrito a la Conselleria de Hacienda describe que no es equilibrado ni equitativo el reparto de estas horas extraordinarias, por lo que no hay garantías, por ejemplo, de que se cumplan los horarios de descanso de los trabajadores. La falta de profesionales se aprecia también en el cúmulo de días que el personal sanitario acumula pero no puede disfrutar. En concreto, a la plantilla de enfermería de Urgencias «les deben casi 23.000 horas y a los técnicos de cuidados auxiliares de enfermería, otras 19.500», explican. Además de los contratos de guardia, también se abusa en exceso de los residentes, sobre todo de los de primer año.
Los hospitales valencianos están a la cola de España en médicos de Urgencias
Ante esta situación, la gran mayoría de los jefes de servicios de Urgencias de los hospitales públicos valencianos suscribieron el pasado verano un escrito dirigido a la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en el que denuncian que «la situación se ha hecho insostenible». «Largas esperas de los pacientes ingresados», «contratos de guardias para cubrir deficiencias estructurales de la plantilla», así como «saturación y acumulación de pacientes con total falta de intimidad», por lo que requieren a los despachos de Micer Mascó un «dimensionamiento correcto de los servicios de urgencias ante la falta de recursos humanos», entre otras medidas. Esta carta surge después de que un compañero, jefe de Urgencias del Hospital de Alcoy, dimitiera de su puesto por el «abandono» de Sanidad y la utilización de residentes como «mano de obra barata». De hecho, hace apenas dos semanas hasta tres profesionales de Urgencias del Hospital Peset abandonaron sus empleos por otros puestos de trabajo con mejores condiciones. Este «cansancio y desmotivación» se suma a los problemas organizativos de las camas que desembocan en que, en los ingresos, se retrase el traslado de pacientes de Urgencias a sus habitaciones. Por tanto, más esperas y saturación de los servicios.
Y si en la comparativa de los hospitales públicos valencianos frente a centros sanitarios similares del resto del territorio nacional salen mal parados los servicios de la Comunitat, también es llamativa la diferencia de los hospitales concertados. Mientras que en los de gestión directa la plantilla del staff de médicos de Urgencias oscila entre los siete del hospital de Llíria y los 19 de La Fe y el Francesc de Borja de Gandia (ya resulta llamativo que compartan cifras iguales estos dos centros de envergadura tan distinta), en los de gestión indirecta las plantillas se encuentran entre los 22 de Manises y los 32 del Hospital del Vinalopó (La Ribera llegó a 35 antes de la reversión), siempre según los datos que maneja la sociedad.
Para tratar de atajar los problemas, y bajo el mando de la anterior consellera de Sanidad, Carmen Montón, el departamento presentó en mayo de 2018 un plan de mejora de los servicios de Urgencias elaborado por más de 40 expertos y avalado por la citada asociación y que incluía más de un centenar de actuaciones específicas. Sin embargo, «ha terminado abandonado en el cajón», concretan. Desde la conselleria, por su parte, no pudieron esta semana detallar las medidas adoptadas durante los últimos años para mejorar la situación ni los cambios previstos a corto y medio plazo.
Los jefes de servicio envían una carta a Sanidad ante la gravedad de la situación
Las fuerzas sindicales respaldan las quejas del personal de Urgencias. Desde CC OO, subrayan que estos servicios «tienen un déficit muy importante de plantilla estructural», mientras que registran innumerables contratos de guardia, por lo que «es inaplazable la reconversión de estos puestos en plantilla estructural». Además, creen que hay que abordar «medidas organizativas integrales para aliviar la presión de los servicios de urgencias, que deben tener en cuenta desde la actividad programada quirúrgica hasta la gestión de las camas». Lamentan que pese a las denuncias de los últimos años, «la Administración ha hecho caso omiso». «En este momento, se ha alcanzado una situación insostenible», por lo que solicitan a la conselleria «un análisis serio, riguroso y comprometido de las necesidades de los servicios de urgencias y que elabore, con carácter inmediato, un plan integral de atención a la urgencia hospitalaria». Desde Sindicato Médico agregan que la clave está en la falta de médicos especialistas, en los contratos precarios y en las bajas retribuciones.